Ayer se vivió el regreso de Árbol en una noche llena de música en el Cultural Aurora. Una larga fila ingresaba al lugar cerca de las 20 para disfrutar de la previa en el patio gastronómico del recinto. Disfrutando una bebida o alguna de sus opciones de comida, se podía escuchar a las bandas probando sonido y la gente se notaba ansiosa por el show.

Previo a la presentación de Árbol, hubo dos bandas mendocinas que fueron teloneras: Nunca fui empleado del mes y El Lorenzo Pa. Ambas, ya conocidas en la escena provincial, brindaron unos shows de corta duración, pero con una energía que preparaba al público para disfrutar el resto de la jornada.

Cerca de las 23:30 comenzaba el show principal. Árbol, iniciando con clásicos de su disco "Guau!", hizo saltar y cantar al público durante toda la noche. Trenes, camiones y tractores, Chikanorexica, Pequeños sueños, El fantasma y Prejuicios fueron algunas de las canciones que sonaron en su repertorio. Su show se realizó en el marco de la presentación de su nuevo disco "Hongo" y también en la celebración de los 20 años de "Guau!", por lo que se pudo disfrutar de clásicos de la banda y de su nuevo material discográfico. Árbol es un grupo con una fuerza única, capaz de mantener activo a los presentes desde el minuto uno y el público de ayer fue testigo de eso. Un público que iba de grandes a chicos. Quienes pudieron verlos alguna vez y la primera oportunidad de muchos, la banda agradeció la presencia de todos e interactuó con sus espectadores durante su espectáculo. 

Aproximadamente a las 00:50 finalizaba una presentación que pasó por todas las épocas de la banda. Tuvo momentos de mucha euforia, pero también de mucha emoción. Sin dudas fue una noche mágica e inolvidable para aquellos fieles seguidores de la banda que los acompañaron desde sus comienzos y también para las nuevas generaciones que crecieron escuchándolos y pudieron verlos en vivo por primera vez.

Luego del show, la banda tuvo el inmenso gesto de regalar merchandising, sacarse fotos y charlar con sus fanáticos. Una jornada llena de momentos increíbles. Un espectáculo enérgico, emotivo y una banda que se mostraba agradecida y lo devolvía en gestos y momentos con la gente que se les acercaba. Mendoza fue testigo de la vuelta de Árbol y lo disfrutó a pleno.