Dillom, el artista que está en boca de todos por su genialidad musical y crudeza lírical, regresó a la provincia para presentar "Por Cesárea", su más reciente y elogiado trabajo de estudio. Un disco conceptual que desarrolla la historia y decadencia mental de un personaje, hasta caer en la locura y punto final en su vida. El Arena Maipú vivenció esta interesante presentación que sobrepasa lo musical y propone una puesta en escena única, que nos sumerge en el mundo que Dillom creó.

 "Cirugía", "Buenos Tiempos" (canción donde se vivió uno de los momentos más enérgicos del espectáculo, por su pogo y por un regalo de cumpleaños inolvidable para un fan), "Mi peor enemigo", "Muñecas" y "Ciudad de la Paz" fueron algunas de las nuevas canciones que sonaron anoche. Sin embargo, el artista hizo un repaso por toda su discografía y nos regaló temas como "220", "La Primera", "Pelotuda", "Reality", entre otras. 

El juego de luces, las visuales, la agresividad sonora de la banda y cada decisión artística, se convirtieron en un camino a una pesadilla que fue desarrollada en cada canción. Paradójicamente, fue una pesadilla más que disfrutable, con un público que saltaba con euforia y coreaba las letras de Dillom. 

En estos tiempos donde la inmediatez, lo fugaz y lo efímero se apodera de la música, poder disfrutar de un álbum conceptual, en el que el desarrollo del mismo se ve reflejado sobre el escenario y plasmado por diversos elementos que enriquecen la experiencia, hace de este espectáculo algo envidiable (y no para menos) para la escena musical. La oscuridad de "Por Cesárea" se transmite desde lo visual en su puesta en escena, hasta cada vibración, melodía y armonía que se sintió en el Arena Maipú. Dillom es uno de los grandes artistas nacionales e internacionales que tiene la música y Mendoza fue testigo de ello.