CINE INDEPENDIENTE
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Charlamos con Mariano Cócolo, director de “La calma”, el film provincial aclamado por la critica.
por Agustín Carbelli 26 de septiembre de 2022
Mariano Cócolo es un director y cineasta mendocino que en el año 2021 estrenó su ópera prima: “La calma”. La película sigue la historia de Nancy, una chica que debe abandonar la ciudad y volver al campo para cuidar a su padre que ha sufrido un ACV, enfrentando allí conflictos de pertenencia e identidad. La producción audiovisual fue galardonada nacional e internacionalmente, de forma más reciente, ganó los premios a “Mejor largometraje de ficción”, “Mejor actriz” y “Mejor dirección de arte” en el festival de Bariloche. En este contexto, entrevistamos al director para que nos cuente, desde su perspectiva, lo qué significa hacer cine en la provincia:
- ¿Cuál es la tarea fundamental de un director? ¿En qué partes del proyecto puede intervenir?
-Por lo general, estoy acostumbrado a trabajar en proyectos de menor escala donde el director es una parte muy importante del proyecto. Donde el director es el mismo guionista del proyecto y muchas veces también tiene que ser su propio productor. Ese ha sido mi caso con “La calma”, he participado de todo el proceso, desde lo creativo de la idea al guion y hasta la finalización y distribución de la película.
Siguiendo con la línea de lo que implica realizar una producción audiovisual, le cuestionamos a Cócolo sobre la duración de un rodaje, sobre qué factores intervienen y como van variando según el carácter y género de la película. Nos dijo que “Hay películas millonarias donde se filma durante ocho meses y películas más pequeñas como “La calma” que se filmó en trece jornadas, no llegó a tres semanas. Por lo general, una película del INCAA puede llegar a hacerse en cuatro semanas (que es muy poco tiempo)”. Recordemos que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) tiene como función la promoción y el fomento de la cinematografía nacional.
Antes de indagar sobre la relación de Cócolo con el INCAA, debíamos preguntar por uno de los pilares fundamentales de esta entrevista, la interrogante sobre “¿Qué tan difícil es hacer un proyecto audiovisual hoy por hoy en Mendoza?”.
Ante tal cuestionamiento, Mariano afirmó: "Siempre es un desafío hacer una película, sea de ficción, sea de animación, sea documental, sea cortometraje o sea largometraje. Cada una va a tener su complejidad y principalmente tiene que ver con el contenido que se quiera contar. En Mendoza, yo creo que hoy por hoy, es más fácil. Hay un sector audiovisual muy fortalecido y muy capacitado, entonces se puede. Se puede hacer una película digna con todo lo que implica”.
Hablando del tema presupuestario, aprovechamos para preguntar qué lo llevo a dirigir “La Calma” y cómo fue su relación con el INCAA: “Solemos olvidar que se pueden hacer películas independientes y “La calma” es el caso, que la hicimos sin apoyo del INCAA, con apoyo de algunas instituciones públicas y privadas y la verdad que fue una experiencia hermosa. Durante mucho tiempo venía esperando un subsidio del INCAA y eso quedo desactualizado y bueno, un poco me cansé de toda esa burocracia y dije: “Quiero hacer una película, quiero hacer mi primer largometraje” y básicamente ese fue el impulso mayor”.
- ¿De dónde tomaste inspiración?
-La historia de “La calma” es esta problemática rural de los territorios. Pienso que tiene que ver, justamente, con la realidad que a mí me ha atravesado desde muy chico. Mi papá es tradicionalista, entonces he ido mucho al campo, he compartido mucho con la gente del campo durante toda mi vida y también en mis viajes por Latinoamérica. Además, creo que me siento de Lavalle. Es un lugar que conocemos, hemos ido a filmar mucho y charlado con la gente de allí, gente a la que le tenemos mucho cariño, mucho afecto y mucho aprecio.
- ¿Por qué elegir el blanco y negro?
-El blanco y negro tiene que ver con esa austeridad que tiene el campo que no necesitaba más preciosismo. Tuvo que ver, de alguna manera, con construir esta realidad tan minimalista, tan despojada de tanta información. El blanco y negro reforzaba esta idea, esta estética y ayudaba a centralizar más la atención en los personajes.
- ¿Cómo fue el trabajo con el elenco?, ¿Cuáles fueron tus impresiones de Tania Casciani?
-Fue maravilloso. La mayor parte del elenco no son actores o actrices profesionales, salvo Tania y Elsa Topacio, que es una gran actriz mendocina que encarna a esta señora, esta vecina que de alguna manera llega al puesto siempre a ayudar con la palabra justa y certera. Yo siempre sentí que era como la voz de la tierra, como la voz de la naturaleza, de lo sabio. Tania es fantástica, ya gano tres premios, uno internacional en Italia como mejor actriz en “La calma” y dos premios más acá en Argentina, en el festival de Las Alturas y en el de Bariloche. Creo que está demostradísimo que la rompe y no me canso de decirlo y de escucharlo. Cada vez que proyectamos la película en algún festival, el comentario siempre es sobre ella y sobre como enamora a los espectadores. “Enamora” en el buen sentido, como los atrapa, como de alguna manera hace que la película sea más llevadera. Si bien la película carece de diálogos y es muy contemplativa, también expresa muy bien los tiempos del campo, los tiempos de las personas.
Siguiendo con el tema del elenco le preguntamos a Cócolo sobre la muerte de uno de sus integrantes, Miguel Ángel Borra. “El Negro es el papá de uno de mis mejores amigos. Él no es actor, pero era un personaje divino. Su fallecimiento fue un golpe bastante duro, pero hemos compartido la película con toda la familia y eso también ha sido muy lindo, tener esta pieza para ellos ha sido una muy linda experiencia, dejarlo inmortalizado ahí. Trabajar con él fue muy gracioso, muy divertido, él era de San Luis y era un tipo muy de campo y no le costó nada habitar ese espacio. Él había tenido un ACV y le interesó mucho interpretar a este hombre postrado en una cama. Es muy fuerte verlo, más que nada para la familia”.
- ¿Estás dirigiendo otro proyecto? ¿Cuáles son tus planes a futuro?
- Actualmente, estoy dirigiendo algunas cosas más chicas. Estoy escribiendo mucho, estoy produciendo también, tengo mi productora que se llama “Macharco” y estoy empezando a producir películas de otras personas que quiero mucho. Tengo dos proyectos de largometraje propios, uno más cercano que se llama “Ya no entra nadie en esta casa” y otro que se llama “Las Tumanas”.
-Hablando del cine en general, ¿Sentís que es una práctica en agonía? ¿Crees que el steaming está cambiando la forma de hacer cine?
-El cine ha agonizado a niveles presupuestarios desde siempre. Es una realidad. No considero que el cine en sí este en agonía, sino todo lo contrario, creo que está creciendo la industria en general. Lo digital no va a matar al cine porque lo necesitamos, necesitamos ver a personas reales, necesitamos ir a las salas. Es muy difícil que muera el cine. La pandemia le exigió a la industria más contenido y la explotación de contenidos no va a parar. La necesidad de hacer cine está y se van a seguir haciendo películas.
Le pedimos a Cócolo dar una conclusión final sobre todo lo conversado y nos dijo que: “De alguna manera, lo importante es hacer y no pensar tanto en el contexto, sino justamente en la necesidad de expresar el arte, no solamente en el cine, sino en cualquier disciplina. Si pensás mucho se te pasa el tiempo y el tiempo es, justamente, lo necesario para construir historias o llevar a cabo proyectos”.